El Líder Maltrata a Algunos Miembros
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EL LÍDER MALTRATA A ALGUNOS MIEMBROS
Cuando un hombre llega al puesto de líder del grupo suele tener una gran satisfacción, pero también siente una extraña sensación de peligro que corresponde al miedo a no ser capaz de ejercer adecuadamente el liderazgo o a que algún otro miembro le desbanque de su puesto de dirigente.
El líder puede intentar esconder esta sensación de miedo a través de una demostración de fuerza frente a los miembros más débiles, los disidentes o los que pudieran llegar a quitarle su lugar. Una forma de hacerlo es maltratar a esos miembros mediante estrategias de debilitamiento, ridiculización o desplazamiento de su lugar. Los miembros a los que se somete a esa hostilidad perciben su fragilidad en el grupo y pueden ofrecer resistencia.
El líder puede intentar esconder esta sensación de miedo a través de una demostración de fuerza frente a los miembros más débiles, los disidentes o los que pudieran llegar a quitarle su lugar. Una forma de hacerlo es maltratar a esos miembros mediante estrategias de debilitamiento, ridiculización o desplazamiento de su lugar. Los miembros a los que se somete a esa hostilidad perciben su fragilidad en el grupo y pueden ofrecer resistencia.
Se produce entonces un choque en el que lo más probable es que esos miembros maltratados se vayan debilitando y el líder coja cada vez mayor fuerza en el grupo. Esta situación obliga a los otros miembros del colectivo a tomar posiciones a favor o en contra del líder o de las personas afectadas.
Los que optan por apoyar al líder gozan de su beneplácito y protección, pero tienen que manifestar también su hostilidad hacia los otros miembros. Los que toman partido por los miembros maltratados pueden correr su misma suerte y acabar siendo atacados por los que apoyan al líder.
El líder maltrata a algunos miembros del grupo.
Finalmente, esto puede desembocar en un conflicto abierto en el que los miembros maltratados tengan que abandonar el grupo o que acepten posiciones de rango inferior que resulten ser menos favorables para ellos.
Esto puede verse con frecuencia en los partidos políticos, cuando aparecen corrientes de opinión que no corresponden a la línea oficial del grupo mayoritario de poder. Si el líder opta por atacar a las personas disidentes, pueden llegar a ser retirados de los cargos que ocupan, apartados de sus privilegios y también ser expulsados del partido.