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LA PAREJA

Para el diagrama de la pareja se utilizan habitualmente las figuras esquemáticas de un hombre y de una mujer descritas en secciones anteriores. Para simplificar la representación, utilizaremos siempre las figuras de hombre con carácter masculino y de mujer con carácter femenino.

Cuando en el Árbol Genealógico queremos dar la idea de pareja con un lazo importante como, por ejemplo, el del matrimonio o de una pareja de hecho, se unen a los dos componentes con dos líneas paralelas. Pero, si estamos solamente viendo a una pareja y queremos ver su forma de comportarse ante situaciones concretas, prescindiremos de estas líneas para darles más libertad de movimiento a las figuras.

Dentro de los posibles estados en los que pueden estar simbólicamente los dos miembros de la pareja, están los que representamos a continuación (Fig. 39), de acuerdo con el comportamiento que muestre cada uno dentro de la pareja.

Fig. 39: Representación de los estados de la pareja.

Como se puede observar, partimos de una situación representada en el extremo superior izquierdo en la que la pareja mira de frente o hacia abajo, es decir, hacia sus hijos y los intereses comunes de ambos miembros. Esta sería la situación ideal hacia la que toda pareja debería tender para poder mantener su equilibrio, unificar las fuerzas y conseguir de forma eficaz los objetivos para los que se estableció.

Pero cuando surge un conflicto, uno de los dos puede girarse hacia el otro para cuestionarle su comportamiento. El otro miembro puede seguir mirando hacia abajo sin prestar más atención de la necesaria al que le cuestiona pero, si esa situación aumenta de intensidad, ese miembro se puede volver hacia el otro para contrastar sus puntos de vista y tratar de solucionar la situación. Si esto sucede, la pareja vuelve de nuevo a la posición inicial de esfuerzo común hacia abajo y hacia los hijos.

Estos cuatro estados, marcados con el color verde y el amarillo, definirían la normalidad del funcionamiento de una pareja que enfrenta sus problemas y busca soluciones a los conflictos de forma rápida y eficaz.

La franja de color naranja describe varias situaciones en las que uno de los miembros se gira hacia arriba, poniéndose de espaldas, para mirar hacia la generación anterior, generalmente hacia los padres.

La reacción del otro miembro describe los diferentes estados en los que se puede colocar, pudiendo ser ésta la de seguir mirando hacia los hijos, la de cuestionar a la otra persona su comportamiento o la de mirar a su vez hacia arriba, hacia sus propios padres o hacia los padres de la pareja. En esta situación, los hijos pierden la atención de los padres y no son bien atendidos por uno o los dos miembros de la pareja, por lo que es habitual que ellos también se den la vuelta para mirar hacia los padres.

En estas posiciones la pareja está en situación de desequilibrio y es más fácil que se produzcan conflictos nuevos o que se reanuden otros que no estaban resueltos o que estaban durmientes. Es necesario que se retome el estado de encuentro y que se vuelva a la situación de los dos mirando hacia adelante.

En las casillas de color violeta uno de los miembros está de espaldas al otro, dejando claro que quiere alejarse de la persona o de las situaciones que vive con ella. La pareja está en una mala situación, se acerca el peligro de ruptura y el otro miembro es el que tiene la llave para evitarlo, atrayendo a la pareja de nuevo a las situaciones de acercamiento y a la vuelta a los intereses comunes.

La figura de color rojo, en la que los dos miembros están de espaldas, es la peor de las situaciones posibles y el peligro de que se rompa la pareja está muy cercano. Se pierde la referencia de intereses comunes y sólo se ven los problemas que acarrea la convivencia con la otra persona, ya no se pone energía en resolver los conflictos y se empieza a valorar cómo sería la vida sin ella.

Siempre que una pareja identifica la situación en la que está, debe intentar revertirla y llevarla hacia el estado de equilibrio que representa el cuadrado de la esquina superior izquierda a través de pasos que pueden transcurrir a través de alguno de los esquemas intermedios. Solamente con la vuelta a retomar la fuerza de la pareja y los objetivos comunes se puede conseguir que todo vuelva a funcionar.

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