La Aceptación
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LA ACEPTACIÓN
Este estado emocional positivo, o emoción positiva, es el primero del ciclo de vuelta hacia la Identidad de las emociones positivas y la cuarta emoción por orden de generación. Es la emoción que utilizamos cuando, en el proceso de conseguir el éxito en lo que hacemos, algo no ha salido bien y es necesario revisar lo que se ha hecho mal y aprender de los errores para evitarlos en próximas ocasiones. La aceptación, por lo tanto, supone el reconocimiento de un proceso que no ha acabado de forma adecuada o como nos gustaría que lo hubiese hecho.
Cuando aceptamos que algo no ha salido bien podemos iniciar el ciclo de vuelta hacia la Identidad sin generar ninguna emoción negativa que nos meta en el ciclo del dolor y del sufrimiento. Simplemente aceptamos lo ocurrido como parte de las múltiples posibilidades que hay durante el desarrollo del proceso de la realidad y en el que múltiples variables, tanto personales como externas, pueden cambiar nuestro proyecto tal como lo habíamos concebido en el origen.
Fig. 1: La Aceptación.
Aceptar las cosas como son y tal como nos ocurren no implica ningún tipo de pasividad o entrega hacia los demás, ni un abandono de nuestra capacidad de acción o de nuestra responsabilidad. Más bien al contrario, ya que una vez que aceptamos las cosas como son, podemos pasar a la siguiente emoción positiva, que es la que nos permitirá hacer los cambios que nos lleven de nuevo a nuestro lugar seguro, al espacio de nuestra Identidad.
Es por eso que la Aceptación es una emoción positiva que nos va a abrir la puerta a regresar al lugar donde nos sentimos bien, donde están las cosas y las acciones con las que nos identificamos y desde el que podemos hacer que los proyectos de nuestra vida se cumplan con plena satisfacción de los resultados la mayor parte de las veces.
Fig. 2: Las nuevas ideas nos ayudan a hacer cambios.
Muchas personas utilizan frases coloquiales cuando tienen que aceptar lo que les está ocurriendo, como: “es lo que hay”, “no pasa nada” o “son lentejas”. Estas frases, que salen habitualmente de la sabiduría popular, nos permiten cambiar de actitud y poner en marcha la siguiente emoción positiva, la Creatividad. Esto nos indica que muchas personas, a lo largo de la historia de la Humanidad, han tenido que vivir situaciones adversas, pero en lugar de reaccionar con miedo o con enfado, han preferido aprender de lo que les ocurre y actuar de manera positiva para volver a recuperar su ritmo de vida.
Las personas más inteligentes prefieren evitar entrar en el ciclo de las emociones negativas y asumen que cualquier adversidad es una nueva ocasión para aprender y adaptarse mejor a las circunstancias de la vida. De hecho, gracias a la Aceptación muchas personas y colectivos humanos han podido hacer los cambios necesarios para poder seguir creciendo, adaptarse mejor al medio y mejorar su situación.
La Aceptación nos enseña, por lo tanto, a no perder nuestro buen estado de ánimo aunque las cosas no vayan bien en un momento dado pero, como nuestro Universo funciona en una sucesión de ciclos positivos y negativos, para poder ser felices y disfrutar de la vida es necesario conocer y experimentar ambos estados aceptando los negativos, cuando vienen, como parte del aprendizaje y de la capacidad de apreciar los buenos momentos al contrastarlos con los malos.
Fig. 3: Volver a la felicidad.
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