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SOBRE LAS DIETAS DE CHOQUE

Las dietas de choque son formas de alimentarse que se hacen de manera puntual y limitadas en el tiempo, con el objetivo habitualmente de realizar una limpieza corporal de sustancias tóxicas acumuladas en los tejidos corporales, romper malos hábitos de alimentación o perder una cantidad moderada de peso en un tiempo no muy largo. No son una forma habitual de alimentarse, sino un tratamiento alimentario que se realiza de manera ocasional.

Se suelen realizar con más frecuencia en primavera, verano y otoño, aunque con las debidas precauciones se pueden hacer también ocasionalmente en invierno. Lo más frecuente es que estas dietas se realicen a partir de mediados de la primavera y hasta el final del verano, ya que es cuando el organismo está en las mejores condiciones para realizar este esfuerzo.

Las dietas de choque las deben siempre realizar las personas que estén en buenas condiciones de salud y no tengan ningún impedimento o enfermedad para poder realizarlas sin ninguna consecuencia adversa. Siempre es recomendable que sean supervisadas por profesionales de la salud con suficiente experiencia en la realización de estas dietas.

Fig.1: Dieta de choque.

Obviamente, las dietas de choque deben hacerse de forma consciente y voluntaria, sin ninguna presión externa ni condicionantes, ya que suponen un importante esfuerzo para la persona que las realiza. Es bastante frecuente que, mientras se realizan las dietas de choque, el cuerpo realice limpiezas corporales a través de los sistemas especializados en ellas, como el sistema urinario, el sistema digestivo, el sudor, la saliva, la piel o la capa de la lengua, por eso pueden aparecer síntomas como náuseas, mareo, estreñimiento, diarrea, cansancio, apatía, necesidad de dormir, olor corporal fuerte, orina oscura, mal sabor de boca o capa de la lengua espesa, entre otros.

Se recomienda planificar de manera sensata la dieta de choque que se vaya a realizar, eligiendo bien los objetivos, los momentos, los días y la duración. No se deben realizar dietas de choque en periodos de mucha actividad, de mucho calor o de mucho frío o de situaciones de estrés físico, mental o emocional. Lo mejor es elegir días tranquilos para hacerlas, en las que el cuerpo puede realizar la limpieza corporal sin necesidad de hacer otros esfuerzos importantes.

Fig.2: Cansancio.

Lo normal para una la persona que se inicia en las dietas de choque es que empiece realizándolas un solo día y que elija una de las dietas más fáciles de hacer, de forma que pueda comprobar la situación física en la que se encuentra y la capacidad de mantener las exigencias de la dieta a realizar. Posteriormente, y después de ganar experiencia en la realización de estas dietas, se pueden realizar durante más días o hacerlas con más frecuencia.

Durante los periodos de primavera y verano, las personas que estén en mejores condiciones de salud pueden hacer dietas de choque de un día y repetirlas durante varias semanas, de acuerdo a los objetivos que se propongan.

Para realizar estas dietas, se recomienda siempre utilizar preferentemente alimentos de origen vegetal y, si es posible, biológicos para facilitar la digestión y evitar introducir alimentos que puedan generar desechos tóxicos o facilitar el crecimiento de bacterias agresivas en el tracto digestivo.

Durante la realización de estas dietas también se recomienda evitar consumir otros productos tóxicos como el café, el alcohol, el tabaco o el cacao, y llevar unos ritmos adecuados de sueño, descanso, actividad y horas para el consumo de los alimentos. También es adecuado tomar suficiente cantidad de agua durante el día, habitualmente se recomienda entre 1 y 2 litros.

Fig.3: Beber agua.








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