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Las Cinco Emociones Positivas

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LAS CINCO EMOCIONES POSITIVAS


Hablar de emociones siempre es complicado, pero en el caso de las emociones positivas se hace más difícil aún. Por una sencilla razón: porque apenas le hemos puesto nombres que describan con una sola palabra a las emociones positivas y por eso las tenemos que describir como estados emocionales y, aun así, la mayor parte de las veces tenemos que explicar a qué nos estamos refiriendo.

Pero gracias al método de los cinco movimientos de la Medicina Tradicional China, podemos establecer solamente cinco tipos de emociones positivas puras y el resto serían combinaciones de estas cinco. Además, con este método podemos relacionarlas entre sí.

Las cinco emociones positivas serían identidad, autoestima, alegría, aceptación y creatividad. Como se acaba de decir, estas cinco emociones las tenemos que describir como estados emocionales porque las palabras en sí no nos dejan claro saber de qué emociones estamos hablando. Solamente con la alegría, la felicidad o el éxito podemos entender lo que significan con una sola palabra. El resto necesitan una explicación.

Fig. 1: Las cinco emociones positivas.
 


A diferencia del ciclo de las cinco emociones negativas que van entrelazadas y cada una genera a la siguiente en una rueda sin fin, las emociones positivas funcionan en dos ciclos: uno es el de ida y el otro el de vuelta. Ambos arrancan o acaban en la identidad, la emoción positiva principal.

El ciclo de ida empieza tomando conciencia de nuestra identidad, de nuestra auténtica forma de ser, de lo que somos sin otras influencias, pero también se completa con todo lo bueno que nos ha aportado los miembros de la familia y de la sociedad.

Continúa con el fenómeno de la autoestima y la capacidad de tomar decisiones basadas en nuestra identidad. Si estas decisiones han sido correctas, lo normal es que el resultado sea el éxito, la alegría, la felicidad.

Pero si algo ha salido mal y el resultado no es el éxito o la alegría, el ciclo de vuelta nos lleva de nuevo a la identidad. Consiste en aceptar que algo no ha resultado bien, lo que nos permite aprender para próximas ocasiones y pasar a la siguiente emoción positiva que es la creatividad, la posibilidad de hacer cambios que nos sean favorables y que nos devuelvan a nuestra situación original de identidad.

Fig. 2: El ciclo de ida y el ciclo de vuelta de las emociones positivas.


Si sabemos utilizar adecuadamente estos dos ciclos, vamos a aprovechar cada momento de nuestra vida teniendo claro que, si nos basamos en nuestra identidad, el resultado final va a ser el éxito, la alegría y la felicidad pero que, si algo se tuerce, podemos aceptarlo y aprender de nuestros errores o falta de experiencia y aplicar los cambios adecuados de manera que podamos volver a nuestra autenticidad.

Fig. 3: Volver a la identidad.






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