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LA ANSIEDAD


Es la tercera de las emociones negativas por orden de generación y es, habitualmente, la que le hace darse cuenta a la persona que la padece de que está en una trampa emocional, porque no tarda mucho en percibir síntomas físicos y psicológicos de malestar, a diferencia del Miedo y del Enfado que es más fácil que pasen desapercibidos para la persona que los sufre, aunque no para las personas que están a su alrededor.

A esta emoción negativa se le denomina también con otros nombres como angustia, aflicción, desasosiego, ansia, intranquilidad, desazón o congoja. De algunas personas se dice que tiene una personalidad ansiosa cuando tienen tendencia a pasar fácilmente a la ansiedad en cualquier situación. Otras personas pueden sufrir crisis de ansiedad por periodos y son desencadenadas por algunos estímulos. Cuando la ansiedad llega a niveles muy intensos, se la denomina Neurosis de ansiedad o simplemente Neurosis.

Las manifestaciones físicas que suelen manifestar las personas que sufren de ansiedad provienen de la activación del mecanismo del estrés por parte del sistema Inconsciente y la fabricación de las correspondientes hormonas que activan la alerta. Las más habituales son la alteración de la respiración, la taquicardia, el nerviosismo, la sudoración excesiva, sequedad de boca, pelo erizado, temblores corporales, tensión muscular, mareos, insomnio, náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento y mala digestión, entre muchas otras.

Fig. 1: Persona con síntomas de Ansiedad.

Pero también se suele acompañar de síntomas mentales como aprensión, dificultad para concentrarse, pérdida de memoria, inquietud, sensación de peligro inminente, miedo a la muerte, inhibición, bloqueo mental, conductas de evitación y obsesiones o compulsiones. Como la Ansiedad no elimina el Miedo ni el Enfado, se van a manifestar también los síntomas propios de estas dos otras emociones negativas junto con los propios de la Ansiedad.

La Ansiedad se genera cuando una persona que tiene Miedo opta por luchar para vencerlo, generando la emoción negativa Enfado, y, a partir de ese momento, la persona afectada tiene que identificar los peligros o al enemigo y vigilar sus movimientos para no sufrir su agresividad y eso implica estar atenta y pasar al estado de Ansiedad. Al tener que vigilar, la persona ya no puede descansar tranquila ante la posible amenaza que ha surgido, ya que otras personas que también hayan optado por luchar para vencer sus miedos podrían actuar como agresores hacia ella.

Este estado de alerta coge inicialmente a la persona con fuerzas suficientes como para poner en marcha acciones que le dan una cierta sensación de falsa seguridad frente a la amenaza. Pero esta vigilancia constante va a poner al organismo en estado de estrés crónico, con un gran consumo de energía vital que va a ir dando progresivamente muestras de deterioro físico y mental según la energía del cuerpo se vaya debilitando.

Fig. 2: Generación de Ansiedad a partir del Miedo y del Enfado.

El sistema Mental negativo puede empeorar la situación generando imágenes o pensamientos de peligro, ya que el Inconsciente no va a distinguir entre lo que está ocurriendo en realidad y las imágenes o pensamientos que va creando el Mental negativo. De esta forma, la persona va a entrar en un círculo vicioso de Ansiedad al revisar una y otra vez la información de su Inconsciente, de sus propias malas experiencias y de la del Mental negativo que puede también añadir información adversa por parte de otras personas.

Este estado crónico de alerta lleva a la persona a tener que pensar posibles estrategias de lucha o de defensa y a revisar las posibles opciones o respuestas correspondientes a cada estrategia, lo que lleva a una situación de reflexión frecuente y a generar la siguiente y cuarta emoción negativa, la Preocupación. Siempre hay que tener en cuenta que ninguna de las emociones negativas resuelve los problemas que las pusieron en marcha, así que cada vez se acumulan más problemas sin resolver mientras el cuerpo se desgasta.

De nuevo, lo mejor que puede hacer una persona que sufre de Ansiedad es intentar volver atrás en el ciclo de las emociones negativas y tratar de recuperar la gestión de su vida a partir de su Identidad. Para ello, es necesario ser consciente del proceso que ha llevado a la Ansiedad y aceptarlo como parte de un aprendizaje y, a continuación, realizar los cambios necesarios para recuperar el control para que le guíe la Identidad.

Fig. 3: Volver a la Identidad a partir de la Aceptación y la Creatividad.









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