Conflictos entre Vecinos
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CONFLICTOS ENTRE VECINOS
Las personas que viven cerca pueden ayudarse mutuamente, vivir ajenos el uno al otro o generar situaciones de tensión. El roce genera el cariño, pero también los problemas.
Un vecino ruidoso puede molestar a otro que desea una vida tranquila. Las costumbres de una familia moderna pueden irritar a sus vecinos más conservadores. La invasión del territorio o la realización de actividades que alteren al vecino puede ser otra de las causas de tensión entre ellos.
En muchos edificios de pisos y en grupos de casas o chalets son necesarias las reuniones de las comunidades de vecinos para proponer los cambios o acciones que sean precisos de forma que todo funcione bien. Pero, los vecinos suelen tener posturas muy diferentes o incluso opuestas entre ellos en relación con esos cambios, lo que favorece la formación de bandos o grupos enfrentados.
Conflicto entre vecinos
Un grupo de vecinos puede considerar necesario instalar una antena de televisión comunitaria en el edificio y otros pensar que no la necesitan ya que no la ven o porque prefieren una antena privada.
Al final, las comunidades de vecinos tienen que regirse por los intereses mutuos y los beneficios mayoritarios, aunque eso suponga que alguno se sienta excluido o maltratado por los otros.
La resolución de los problemas entre vecinos requiere muchas veces la intervención de terceras personas, mediadores que no tomen partido por uno o por otro bando y que puedan ayudar a restablecer el orden. Algunas veces será necesaria la intervención de algún poder público para modificar las conductas de los vecinos que no tienen en cuenta a los demás.
Lo peculiar de las relaciones con los vecinos es que no se vive directamente con ellos sino cerca de ellos y que esta situación se puede modificar si se cambia de domicilio, siempre que esto sea posible. Por ello resulta más fácil perder el control y expresar el enfado o actuar sin tenerlos en cuenta.
Conocer al vecino y entender su problemática puede hacer más fácil el que se resuelvan de forma amistosa las situaciones de tensión. Reconocer las discrepancias, entender las diferentes necesidades y aceptar la inevitabilidad de las molestias asociadas a la convivencia puede también contribuir a lo mismo.