El Ayuno
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EL AYUNO
La dieta que se expone a continuación es de carácter puramente informativo y corresponde a la responsabilidad de cada persona el llevarla a cabo o no.
Las dietas de choque solo deben hacerlas las personas que tengan buena salud, ya que el objetivo de estas dietas es realizar una limpieza corporal de sustancias tóxicas acumuladas en los diferentes tejidos conjuntivos y el tejido graso. Es preferible que sean supervisadas por profesionales de la salud que tengan experiencia previa en ellas.
Ayunar consiste básicamente en no comer ningún alimento que aporte calorías al organismo, aunque sí que se pueden beber líquidos que no aporten calorías, como el agua o alguna infusión. Durante el periodo de ayuno se recomienda tener también una actividad menos intensa que la que se desarrolla normalmente para evitar cansar al organismo innecesariamente.
Una persona normal y sana que tiene su peso ideal puede ayunar durante 1 a 3 días sin que esto le afecte a su salud, pero hay que conocer bien las reacciones normales del cuerpo cuando se deja de comer para evitar malinterpretar los signos y síntomas que aparecen cuando una persona no toma calorías durante un periodo de tiempo.
Cuando no se tiene experiencia previa en hacer ayunos, es mejor contactar con alguna persona que sí que la tenga o con un profesional de la salud que tenga experiencia con personas que ayunan y escuchar sus consejos. En los casos de inicio al ayuno, es mejor hacerlo por periodos cortos para ir conociendo progresivamente lo que ocurre en el cuerpo y acostumbrarse a percibir los síntomas normales que pueden aparecer mientras se ayuna.
Fig.1: Persona ayunando.
Lo primero que hay que pensar antes de iniciar un ayuno es el tiempo que vamos a estar sin tomar nada que tenga calorías. Lo recomendable es hacer periodos de 24 horas seguidas, que pueden aumentarse a 48 o 72 horas, es decir, de 1 a 3 días, aunque a partir de las primeras 24 horas se pueden añadir periodos horarios inferiores a un día, como puede ser día y medio o dos días y medio. Para periodos superiores a tres días es necesario tener experiencia previa y la revisión de un profesional de la salud con conocimiento y experiencia en el ayuno.
Es necesario reservar un tiempo de entrada al ayuno y otro tiempo de salida para preparar al organismo en la entrada y para ayudarle a adaptarse mejor a la salida. Como ejemplo, para 1 día de ayuno, sería necesario reservar el día anterior como periodo de entrada y otro día posterior como periodo de salida. Si el ayuno es de 2 días, el período de entrada sería de un día y el de salida de dos. Para el ayuno de 3 días, el periodo de entrada sería de dos días y el de salida de tres. En estos días se suelen tomar alimentos ligeros, como zumos, caldos, papillas de cereales, purés de verdura o frutas.
Fig.2: Zumo de frutas y caldo de verduras para la entrada y salida del ayuno.
Durante todo el tiempo en el que se realiza el ayuno se puede tomar la cantidad de agua que se desee, pero se recomienda tomar al menos 1 o 2 litros de agua para ayudar a limpiar el cuerpo. También se pueden tomar infusiones de plantas digestivas o relajantes, como la manzanilla, el poleo, el hinojo, el anís, la melisa, la hierbabuena o la hierbaluisa. Durante un ayuno de uno a tres días de duración se pueden perder de 1 a 3 kilos según el peso previo de la persona que inicia el ayuno. Si se desea, ese peso se puede recuperar en las siguientes semanas regenerando así los tejidos grasos eliminados. Las personas que parten con un peso por debajo del ideal deben intentar recuperar lo antes posible el peso perdido.
Mientras se realiza el ayuno se pueden notar síntomas físicos mentales o emocionales como cansancio, decaimiento, sueño, intranquilidad, irritabilidad, náuseas, dolor de cabeza y otros que, con frecuencia, son de poca importancia y de corta duración. Cuantas más veces se realiza el ayuno, el cuerpo está más limpio y los síntomas disminuyen hasta prácticamente no notar apenas nada.
Si una persona tiene sensación de hambre, lo mejor que puede hacer es beber agua, hasta disolver los jugos gástricos, que suelen ser los causantes de la sensación de hambre. Una vez pasado ese momento, la sensación de hambre suele desaparecer y el cuerpo sigue funcionando consumiendo sus reservas de calorías. Es recomendable hacer caso a lo que el cuerpo nos dice durante el periodo de ayuno, como dormir si tenemos sueño o descansar si estamos cansados.
La época del año más recomendable para hacer ayuno es la primavera y el comienzo del verano, ya que es la época en la que, de forma natural, el cuerpo realiza una limpieza de las toxinas acumuladas durante el otoño y el invierno. En el otoño también se puede realizar, pero hay que tener cuidado con el frío y el cansancio. En el invierno no se recomienda hacer ayuno, salvo las personas experimentadas y que conocen bien su cuerpo.
La frecuencia con la que la que se puede hacer un ayuno puede ser de 1 día una vez al mes o cada 15 días, con un máximo de 3 meses seguidos, siempre teniendo en cuenta el estado de salud y la resistencia de la persona que lo realiza. Los ayunos de 2 o 3 días de duración no deben hacerse más allá de una vez al mes. Los periodos más largos de tres días deben ser controlados por un profesional de la salud con experiencia en ayunos para valorar el estado y la capacidad de la persona para realizarlos.
No hay que olvidar que el objetivo del ayuno es limpiar el cuerpo y perder algo de peso, y esto siempre va a requerir un esfuerzo por parte del organismo que puede manifestarse en forma de cansancio o algunas otras molestias durante esos días o los días siguientes.
Fig.3: Descanso durante el ayuno.
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