El Ayuno Intemitente

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EL AYUNO INTERMITENTE

La dieta que se expone a continuación es de carácter puramente informativo y corresponde a la responsabilidad de cada persona el llevarla a cabo o no.

Las dietas de choque solo deben hacerlas las personas que tengan buena salud, ya que el objetivo de estas dietas es realizar una limpieza corporal de sustancias tóxicas acumuladas en los diferentes tejidos conjuntivos y el tejido graso. Es preferible que sean supervisadas por profesionales de la salud que tengan experiencia previa en ellas.

Aunque ayunar consiste básicamente en no comer ningún alimento que aporte calorías al organismo, últimamente se está utilizando con mucha frecuencia el término de ayuno intermitente, lo que nos puede llevar a pensar que es una variante de la práctica del ayuno. Pero no se puede considerar que una persona ha hecho un ayuno hasta que no lleva al menos 24 horas sin ingerir ningún alimento que aporte calorías.

Por lo tanto, el ayuno intermitente no es una variante del ayuno sino una manera de alimentarse en la que se pasan varias horas del día sin ingerir alimentos y se concentran los momentos en los que sí que se come en unas horas concretas del día. Visto de esta manera, el ayuno intermitente es simplemente la práctica de una dieta basada en horarios de comida pero en la que normalmente no se incluyen consejos de alimentación ni modelos de dietas a seguir. Su principal objetivo consiste en dejar descansar al sistema digestivo durante unas horas.

Fig.1: En el ayuno intermitente se puede comer solo a ciertas horas del día.

Hay varias maneras de practicar esta dieta, la más estricta consiste en tomar alimentos solamente 1 o 2 veces al día, pero otras variantes menos exigentes solamente limitan las horas en las que no se debe comer, pero no concretan cuántas veces se pueden ingerir alimentos durante las horas en las que sí se puede comer. Y, aunque esto da una gran libertad a la hora de elegir el plan de alimentación, muchas veces también se genera mucha confusión a los que se inician en esta práctica.

Y las horas en las que no se come y las que sí se come también varían mucho. Algunas personas prefieren desayunar y comer y no tomar nada en la cena, pero otras prefieren no desayunar, aunque sí comen y cenan. En estos casos, la persona decide cuál es el horario más cómodo para ingerir alimentos. No se contempla en el ayuno intermitente la opción de desayunar, no comer, pero sí cenar, ya que la clave de esta dieta consiste en pasar unas cuantas horas del día sin comer nada y es preferible que estas horas sean seguidas, para dejar descansar al sistema digestivo.

Si se va a practicar el ayuno intermitente, lo mejor es comer dos veces al día, en el desayuno y al mediodía, y dejar pasar de 10 a 16 horas antes de volver a comer algún alimento. Y esta es la mejor opción porque cuando uno se despierta y se pone a hacer cosas, se consume mucha energía y, si no se toman alimentos en las primeras horas del día, el organismo tiene que quemar las calorías guardadas en comidas anteriores sacándolas de las reservas de grasa o glucógeno, lo que supone un doble esfuerzo: el de absorberlas y guardarlas y el de volver a sacarlas y transformarlas en energía para el día.

Fig.2: Mejor desayunar y comer que comer y cenar.

Las personas que no desayunan pasan varias horas consumiendo energía propia o de la guardada en las reservas del organismo. Habitualmente, los que hacen esta práctica, suelen acabar con el paso del tiempo teniendo un cansancio que no saben cómo explicar. Por eso, esta práctica no es nada recomendable cuando se realiza el ayuno intermitente.

Las horas en las que una persona debe estar sin comer varían desde 10 a 16 horas, por lo que se recomienda a las personas que se inician en esta práctica que empiecen con 10 horas y vayan aumentando progresivamente a 12, 14 o 16, según vayan viendo la respuesta de su organismo.

Si uno quiere sacar realmente provecho a esta forma de alimentarse, lo ideal, además de desayunar y comer y estar 14 horas sin ingerir alimentos, es llevar una dieta en la que predominen los cereales, frutas y verduras. De esta forma, el sistema digestivo no solamente descansará, sino que además no tendrá que luchar contra las bacterias que crecen en los alimentos que se han quedado sin digerir.

Durante todo el tiempo en el que se no se toman alimentos se puede beber la cantidad de agua que se desee, pero se recomienda tomar al menos 1 o 2 litros de agua para ayudar a limpiar el cuerpo. También se pueden tomar infusiones de plantas digestivas o relajantes, como la manzanilla, el poleo, el hinojo, el anís, la melisa, la hierbabuena o la hierbaluisa.

Esta forma de alimentarse se puede practicar durante todo el año tanto en las estaciones de frío como en las de calor.

Fig.3: Se recomienda beber líquidos entre comidas.